
Raisu – arquitectura interior para restaurante japonés coreano. El proyecto parte de un equilibrio delicado entre sobriedad, textura y luz. La espacialidad interior retoma la lógica modular de la arquitectura japonesa, incorporando materiales nobles, mobiliario a medida y un diseño que acompaña la experiencia gastronómica de forma sutil y precisa.

La fachada original del local fue completamente transformada. En su lugar, se incorporó una estructura metálica modulada en cinco paneles, cada uno con distintas opacidades y texturas.
Esta nueva piel —de clara inspiración japonesa— sugiere más de lo que muestra: permite intuir lo que ocurre en el interior, sin revelar por completo su atmósfera.
Dos paneles de vidrio batientes habilitan la ventilación natural y dotan al frente de movimiento y vitalidad. Así, el espacio se activa incluso desde la calle, anticipando el ingreso al restaurante bajo el concepto japonés de maah: ese intervalo entre las cosas, que es pausa, pero también conexión.
Este gesto de entrada forma parte del lenguaje general de Raisu – arquitectura y diseño interior para restaurante asiático, donde cada decisión material y espacial trabaja a favor de una experiencia envolvente y ritual.





MAAH
Ese vacío lleno de posibilidades. Una pausa que permite florecer lo vital, renacer lo esencial.
Es el espacio entre las cosas, donde la contemplación se vuelve experiencia.
El interior de Raisu —compuesto mayormente en cemento y madera— busca alentar un andar más lento. Una invitación a observar, respirar y conectar con una atmósfera que evoca lo oriental.
Desde el diseño, este gesto se traduce en cada decisión material, espacial y lumínica. Porque en Raisu – arquitectura y diseño interior para restaurante asiático, lo importante no siempre se dice: se sugiere.

Las cortinas Norem oscilan con el viento. Son el segundo filtro que media entre el exterior y el espacio principal, aportando ligereza, sombra y movimiento.
Sobre el salón, una serie de lámparas tipo Chochin —diseñadas artesanalmente en madera y tela— repiten su forma como un mantra.
Su luz cálida envuelve el ambiente y acentúa lo ritual. Esa atmósfera íntima se completa con la presencia de vegetación, que equilibra materia y silencio.
Finalmente, un banco lineal recorre el espacio. No propone otra función que la de detenerse a contemplar. Una pausa sin propósito, pero cargada de sentido. Una extensión más del concepto espacial de Raisu – arquitectura y diseño interior para restaurante asiático.

Itadakimasu
Nutrir el cuerpo, saciar el alma.
La aspiración de Raisu por volver a lo ancestral se manifiesta en su cocina, completamente abierta hacia la barra principal de madera, construida en dos niveles.
Desde allí, se despliega un recorrido sensorial por recetas originales de la cultura japonesa. Un viaje en el tiempo y el espacio, que rinde tributo al alimento más elemental y sagrado: el arroz.
La experiencia gastronómica se estructura en formatos tradicionales como el Donburi —cuenco de arroz con vegetales o proteínas— y el Teishoku, serie de platos servidos en bandeja que proponen un equilibrio entre sabor, textura y contemplación.
Todo el diseño arquitectónico y espacial de Raisu acompaña este gesto: una arquitectura para restaurante asiático pensada desde lo esencial.









El corazón del salón está organizado a partir de un sistema de paneles entelados que dialogan con divisores translúcidos de inspiración oriental.
Juntos delimitan, filtran y estructuran el espacio sin cerrarlo, creando una atmósfera íntima pero flexible.
En este ámbito central, 28 comensales se distribuyen entre mesas grupales e individuales, diseñadas en placas de madera con superficie de piedra natural.
Una materialidad sobria, honesta, que refuerza la conexión con lo esencial: la pausa, el alimento, el estar presente.


Lámparas colgantes inspiradas en las chōchin, tradicionales linternas japonesas que señalizan caminos, entradas de casas o templos.
En Raisu, las reinterpretamos en clave contemporánea: varillas de madera, tela translúcida y tensores metálicos las suspenden con ligereza sobre el salón.
Su luz envolvente, en diálogo con la vegetación circundante, construye una atmósfera serena que acompaña el gesto arquitectónico del espacio.


Diseño de Proyecto
Arq. Sofía Asan
Colaboradores Diseño
Arq. Francisco Arana
Arq. Ana B Medina
Arq. Juan Cruz Paredes
Arq. Mia Zipper
Arq. Agustina Saldaño.
Diseño y elaboración lámparas
Pedro Chopitea
& Estudio Club
Diseño de mobiliario
Studio Petra
Registro fotográfico
Gonzalo Viramonte
Ver también Tresca – bar de vinos y vinilos, otro proyecto gastronómico con fuerte identidad gráfica.